Homenaje...

Hoy Jueves 8 de octubre del 2009, en punto de las 7:30 pm recibí la triste noticia acerca del fallecimiento de una mujer a través de un infarto mientras permanecía sola en su casa. Y hoy quiero compartir con Uds estas lineas las cuales sirven como un homenaje que brindo a esta mujer.

No solo nuestros padres juegan un papel importante en la formación de nuestra personalidad, no solo la formación escolar es importante, si no que hay quienes tuvimos la fortuna de recibir el cariño y el cuidado y valiosas enseñanzas de personas que sin tener un vinculo familiar, ofrecieron su tiempo, responsabilidad y sabiduría de forma incondicional, tan solo por algo que decimos fácilmente pero representa tanto, por "amor".

Este es mi breve homenaje a "mi tía Morán" forma en que llame a esta Mujer, quien dedico su tiempo a cuidarme mientras mis padres regresaban a casa cada día entre semana, quien me brindaba no solo su espacio, si no que durante las horas que permanecía en su casa, tenia a una mamá, un papá y 2 hermanos mas. Y que bajo los mismos principios que a sus propios hijos fui instruido en las cuestiones mas básicas de una buena educación, pero que no por ser básicas dejarían de ser trascendentes en mi vida.

Hoy recuerdo cada una de las cosas que me enseñó, no hay un día que no me siente a disfrutar de mis alimentos, sin que repase cada una de esas lecciones, que iban desde como tomar los cubiertos, hasta como debía colocar los alimentos en el tenedor, en que orden debían ir, "primero las verduras y después la carne" o por ejemplo "solo un trago de agua después de la sopa, y al terminar el guisado, podía tomar toda el agua que quisiera" o "no poderme levantar de la mesa hasta que terminara todo lo que me habían servido". Si alguien logro hacerme comer papas en sus distintas formas de preparación fue "mi tía Morán".

Recuerdo su radio en la cocina, reproduciendo el "Monitor de la tarde con Enrique Muñoz" ó "3 patines", sus guantes para retirar del horno los recipientes calientes, y su forma de fumar y hasta la forma en que nos regañaba por hacer travesuras, sus rabioles o su dulce de arandanos, o su forma de preparar el pavo relleno en navidad.

Recuerdo ese cuarto donde estaba el comedor y una sala con muchos adornos, al que no podíamos entrar normalmente. Siempre fue mi mas grande tentación.

Y agradezco cada uno de los pasteles de chocolate que preparo para mi en cada uno de mis cumpleaños y parece que aun la escucho decirme "el enano".

Es triste cuando tratamos de hacer homenaje a las personas cuando se han ido, y mas cuando quizás estabas a 10 números de distancia para al menos escucharla, y las responsabilidades, la distancia, la edad y otras cosas absurdas te roban ese gusto de al menos saber que aun están ahí.

Siento una gran tristeza por no poder haberla escuchado desde hace ya al menos 3 años. Y no poder estar con ella y sus hijos, de quienes también tengo los mismos recuerdos que podría tener hoy en día de mis propios hermanos, en este momento tan difícil.

A quien fue parte tan importante en la formación de la persona que hoy soy, le doy las gracias por haber existido en mi vida. Y reconozco que a mis 34 años no olvido y no olvidare cada una de estas cosas.

Gracias Tía Morán, gracias por tu tiempo, tus cuidados, tus cariño, por tus principios y por tu compañía en los años más importantes de la vida de cualquier persona.

A sus hijos Salvador y Felipe les hago llegar mi mas profundo pésame, y comparto con ellos este sentir, en una pequeña proporción al menos.

Espero pronto poderme reunir con ellos y aquí dejo estas lineas que me son el canal para expresar mi sentimiento.

Que Dios la guarde y la tenga en su presencia.

Por siempre “mi Tía Morán”, gracias...